lunes, 27 de febrero de 2017

El Guernica leonés

Por Julio Llamazares, escritor (publicado en La Nueva Crónica el 26.02.2017 - http://www.lanuevacronica.com/el-guernica-leones)

Se me hizo extraño ver en la Cineteca que ocupa una de las naves del antiguo Matadero de Madrid, convertido hoy en centro cultural, las altivas y bellísimas montañas de Riaño, las imágenes de los antiguos pueblos, las de su demolición, los rostros de personas con las que compartí aquellos años de desasosiego antes de que el anegamiento del valle se materializara y a muchas de las cuales no he vuelto a ver. Se me hizo extraño porque nada de lo que me rodeaba tenía que ver con aquello exceptuando algunos de los espectadores que llenaban hasta el último asiento del cine, parece ser que como todos los días en los que el documental ‘Mi valle’ se proyectó en la Cineteca del Matadero madrileño.

De Riaño se ha escrito tanto ya, se ha hablado tanto –a favor y en contra–, se han dicho tantas cosas –falsas y verdaderas, bienintencionadas y malintencionadas, oportunas e inoportunas, pensadas y sin pensar–, que no añadiré yo aquí una más salvo para decir que el documental me encantó y que salí del cine con un pensamiento: el de que la destrucción de Riaño fue semejante a la de Guernica, solo que protagonizada por otros agentes políticos y efectuada en tiempo de paz, no de guerra. El pensamiento me lo sugirió una pintada que en las imágenes de la demolición de Riaño, detrás de los antidisturbios que a caballo tomaron el pueblo como si sus vecinos fueran terroristas, pasó ante la cámara muy fugazmente y que rezaba en una pared: «Riaño, la Guernica del PSOE”. Fuera ya de la sala y mientras me dirigía a mi casa (atardecía en Madrid una jornada más, algo que en el antiguo Riaño ya no sucede desde hace tres décadas), me dio por pensar en el parecido que algunas de las imágenes que terminaba de ver, no sólo de la demolición de los pueblos riañeses, sino de las personas que prestan su testimonio en el documental, tenían con el famoso cuadro de Picasso cuyo origen fue el bombardeo de Guernica en la guerra civil española y que, tras largos años de exilio como su autor, se expone en el Museo Reina Sofía, muy cerca de donde yo me encontraba en aquel momento. Si se pusieran en un collage y se las iluminara con el blanco y negro con que Picasso pintó su famosa obra muchos se sorprenderían de la gran semejanza que hay entre unas y otras, entre ese caballo aterrorizado y las vacas que vagan entre las ruinas de Anciles buscando las cuadras ya demolidas, entre la mujer que en el cuadro grita de desesperación al cielo y la que lo hace en Riaño en mitad de la calle mientras las máquinas derriban su casa, entre el hombre que yace descoyuntado en la parte inferior del Guernica y la del vecino riañés que se suicidó de un disparo de su escopeta de caza antes de que lo desalojaran de la suya.

¿Más palabras para qué?

No hay comentarios:

Publicar un comentario