sábado, 30 de julio de 2016

Centralismo

Por Julio Llamazares, escritor (publicado en La Crónica el 08.05.2016 - http://www.lanuevacronica.com/centralismo-2)

Contra lo que muchos creen, la celebración en León, en el claustro de la basílica de San Isidoro, junto al panteón real, de una sesión de las Cortes de Castilla y León para conmemorar la primera que se celebró en el mundo en ese mismo lugar según los historiadores, no es una demostración de la voluntad descentralizadora de la Junta de Castilla y León, sino al revés: el carácter de excepcionalidad que se le dio a la reunión indica precisamente que no se volverá a repetir, ni en León ni en ninguna otra provincia de la comunidad, porque el sitio de las Cortes está en su capital.

El de las Cortes, el del Gobierno, el de sus fundaciones públicas… Mientras que los políticos de Castilla y León hablan de comunidad (unidad común), de crear sentimiento de pertenencia a ella (como si los sentimientos se crearan de arriba abajo y por decreto ley), de región en vez de regiones (lo que contradice el nombre) y de fijar población en todo su territorio, todos los organismos públicos se sitúan en Valladolid, cuya posición central se esgrime como argumento para que así sea, que es el mismo que servía en épocas anteriores para que Madrid se quedara con todo a nivel nacional. Así, la capital de Castilla y León (de derecho o de hecho, eso ya no lo sé) ha ido engordando y creciendo año tras año mientras las demás provincias de la comunidad se desangran y se despueblan, como todos los datos muestran de modo inequívoco. En ese contexto, que se celebre un pleno de las Cortes en León o que el Procurador del Común, la única institución autonómica con residencia fuera de Valladolid y que apenas ocupa a veinte trabajadores, esté en la capital del Viejo Reino, suponen simples adornos o migajas de condescendencia. Aunque aún es peor en otras provincias, donde ni siquiera de eso pueden alardear.

Desde que se creó la Comunidad Autónoma de Castilla y León, Valladolid, que se convirtió de inmediato en su capitalidad de facto, ha pasado de una posición intermedia en el contexto de las provincias que integran el territorio autonómico a encabezar todos los rankings de crecimiento, tanto económicos como demográficos. Y va a más en su carrera, como van a menos las otras ocho provincias año tras año sin que ello suponga un cambio de actitud por parte de los gobiernos autonómicos; al contrario, parece que cada día contribuyen más a esa situación con sus decisiones. Voluntad política o no, incapacidad para corregir la deriva o conformidad, lo cierto es que cada vez más Valladolid avanza hacia su conversión en una nueva metrópoli mientras que el resto de las ciudades de Castilla y León envejecen y sus provincias mueren por inanición. Y no se trata de acusaciones malintencionadas y rencorosas de leonesistas como los vallisoletanos creen. En Soria, en Ávila, en Salamanca, en Zamora, hasta en Burgos y Palencia, que algo se benefician de su vecindad con la capital autonómica y de su posición en el mapa de las infraestructuras, la gente está más harta del centralismo de Valladolid que en León.

No hay comentarios:

Publicar un comentario